¿Por qué antes no se ponía y ahora sí? -No se ponía por varias razones, entre ellas porque no era costumbre, porque las masas que fermentaban con levaduras ambientales (Saccharomyces Minor) crecían mejor sin sal. Y porque el pan ya tenía suficiente sabor y no se encontraba al faltar.
Conforme mejoró la calidad de vida y las técnicas de elaboración del pan la sal fue incorporándose en dosis muy prudentes. Esto mejoraba el pan y por tanto acabó imponiéndose.
¿Cuál debe ser la dosis de sal más acertada? - Actualmente se ha impuesto el 2% sobre el total de harina. Sobre el total de agua sería del 3,33% si al pan se le agrega 600g de agua por kilo de harina. Por este motivo, las especialidades que contienen más agua, digamos chapata (Italia), pan gallego y pan de agua (España), en algunas recetas vienen con el 2,2% de sal sobre el total de harina.
- Otras razones para aumentar la sal en el 0,2% son:
- Como reforzante para harinas muy malas en gluten para la elaboración del pan.
- En procesos de elaboración directos y rápidos (amasado y fermentación).
- En procesos de congelación de la masa
- Desear una corteza más gruesa
- Obtener el pan con menos color.
- Tener un clima demasiado húmedo.
§ En el amasado, la sal aumenta la formación de gluten, haciéndolo a éste más elástico, disminuyendo el tiempo de amasado. La masa admite mayor hidratación y por tanto a misma agua, con sal, la masa se hace más consistente. Mantiene a raya la acción de las proteasas que degradan el gluten. Así obtenemos una masa más firme, elástica y compacta.
§ En la fermentación, ésta se regula, ralentizando la acción de la levadura. Las piezas esponjan mejor porque se escapa menos gas carbónico, debido a que el gluten está mejor formado y no se degrada tanto. Las piezas fermentadas aguantan mejor, son más tolerables a manipulaciones y cortes y al prolongamiento de la fase de fermentación.
§ En la cocción, otorga al pan brillo y color en combinación con el vapor. Retrasa la formación de la miga, quedando esta con la humedad mejor retenida.
§ En la conservación, otorga al pan ya cocido mayor humedad y frescura. El pan con sal tiene un sabor mejor realzando el conjunto de sabores producidos durante la fermentación. Tiene función antiséptica y favorece el retraso de microorganismos como el moho.